Autor: Gabriel García Márquez.
Cuenta como tres hombres perdieron la vista en un bar de mala muerte. Enredados entre sus paredes buscan la salida mientras tanto escuchan la música cercana, sus olfatos perciben el olor a mujeres tristes y con olores agrios. Salen y aun están ahí enredados entre las paredes y puertas que se abren y se cierran. Caminan para todas partes, sin ninguna orientación precisa, llegan a un cuarto; se dan cuenta por el olor a ropa y a baúles viejos. Ahí, hallan a una mujer, la cual les informa que son los hombres que los alcaravanes les sacaron los ojos cuando uno de ellos se puso a imitarlos y dio una hora equivocada. También les informa que los periodistas han dicho la noticia; pero nadie les ha creído por ser, según la gente, una falsa información de los periódicos para aumentar las ventas y porque también nadie ha visto a los alcaravanes.
Todos saben donde viven, pero ellos no. Nadie quiere llevarlos a sus viviendas, porque dicen que todo es una mentira. En este mar de contrariedades siguen perdidos, llevan tres días en las mismas. Están en la calle, buscan a alguien o un olor conocidos. Sienten a los que pasan cerca a ellos, escuchan sus voces y ellos dicen:
“--Los alcaravanes nos sacaron los ojos”
Alguien les responde:
“--Estos tomaron en serio a los periódicos”
Nadie les cree, y las voces se van desapareciendo, y a ellos sólo les tocó quedarse ahí, esperando que les pegue los rayos del sol en la cara, quizás para hallar la claridad que necesitan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario