domingo, 3 de abril de 2011

CIEN AÑOS DE SOLEDAD

Cien años de soledad es una obra de Gabriel García Márquez, el cual narra la historia de una familia, Los Buendía, que a través de los siglos han vivido en una aldea que ellos mismos fundaron llamado Macondo, ubicada en un sitio geográfico perdido en el tiempo y el espacio.

Los habitantes vivían en una total ignorancia porque desconocían el nombre de muchas cosas, que para referirse a ellas tenían que señalarla. Gracias al comercio de los gitanos ellos recibían por temporadas los sorprendentes avances de la ciencia; lo que hacía incrustar en el cerebro de José Arcadio Buendía que todos aquellos inventos se utilizarían para cosas de mayor importancia. Por ejemplo, el imán serviría para desenterrar todo el oro del mundo, y ellos serían los hombres más ricos y tendrían para armar las casas con lingotes de oro. Después de sufrir la fiebre y descubrir que los imanes no dieron los resultados esperados, y medio quebrantado, se dio en la tarea de fabricar, por medio de una lupa, el arma de guerra más grande que serviría para la defensa de la nación. Entonces sufrió intensas quemaduras por exponerse el mismo a los experimentos, y nunca alcanzó meta alguna en semejante tarea y mucho menos la ayuda por parte del gobierno.

Los Buendía estaban condenados a sufrir por muchas generaciones la maldición de engendrar en cualquier momento un hijo con cola de marrano o criar iguanas como descendiente por haber cometido la inmoralidad de casarse entre primos. En la familia había hechos reales de su maldición, una tía de Úrsula Iguaran se casó con un tío de José Arcadio Buendía y tuvieron un hijo con cola de marrano, el cual murió desangrado y virgen a los cuarenta años después de haberse cortado el rabo. A pesar de tal sentencia genética, seguían desaforados buscando el amor entre su misma extirpe y cometiendo homicidio a quienes por alguna circunstancia realizaran comentarios absurdos de su desgracia.

A Macondo llegaron muchas enfermedades desconocidas como la peste del insomnio donde todos la sufrieron y quedaron sometidos a vivir despierto por muchos días. Sin embargo, había algo positivo de la enfermedad: el tiempo alcanzaba para hacer más cosas hasta llegar al punto que los oficios inconclusos de muchos años quedaron resueltos. Los vicios, las enfermedades eran curadas en gran parte por remedios caseros porque no existía médico alguno en el pueblo. A pesar de todo, la gente no se moría en el pueblo. Existía una especie de misterio con el mas allá que los muertos venían a sanar los vivos y se hacían eternos por los remedios aportados por Melquiades, el gitano que a pesar de estar en el más allá seguía cuidando la generación de los Buendía.

ANALISIS DE LA OBRA

Es una obra fantástica y compleja, sacada de la realidad. Por tal motivo el merecido fundador del realismo mágico hace la obra del ciclo repetitivo de la costumbre de poner a los hijos el mismo nombre de los padres, de las condenas, maldiciones, creencias de los pueblos y los sueños de grandezas que cada uno de sus habitantes tiene. Además, es la historia real de muchos pueblos que están sumergidos en el olvido y condenados a sobrevivir con sus propias normas así como los Buendía imponían las suyas por el principio: si no aportas al desarrollo de los demás porque has de tener derecho a mandar. Por tal motivo se resguardaron en su mundo, olvidados, en el tiempo y en el espacio, por los gobernantes de turnos que a través de los tiempos siguen cometiendo los mismos errores administrativos.

PERSONAJE PRINCIPAL

La familia: Los Buendía, formada por el matrimonio José Arcadio Buen Día y Úrsula y sus cuatro hijos (Aureliano, José Arcadio, Amaranta y la hija adoptiva Rebeca Montiel).

PERSONAJES SECUNDARIOS.

Arcadio, Renata Remedios, Pilar Ternera, Petra Cortes, Aureliano Babilonia, Prudencio Aguilar, Apolinar Moscote, Aureliano (cola de cerdo) Pietro Crespi, Mauricio Babilonia, entre otros.

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